lunes, 25 de agosto de 2008

"Estos días azules y este sol de la infancia" A. Machado


El viernes por la tarde fuimos Manuel y yo a entrenar. Como siempre, cuando no tenemos muy bien definido el entrenamiento, mientras nos calzamos las zapatillas nos consultamos, ¿Qué quieres hacer?, yo unos cambios de ritmo...pues a mi me gustaría rodar tranquila, sí, pero a esta hora lo mejor es ir a la Granadilla, se está haciendo de noche, bueno, ¿y por qué no subimos a la Alcazaba?.

La Acalcazaba...cuando subes al cerro de la Muela estás en un lugar mágico, en el corazón árabe de Badajoz y mientras corres por los caminos del parque en el interior de sus murallas, la ciudad se encuentra a tus pies abrazada por el río. Voy corriendo, y mientras la brisa de esta noche de verano refresca el sudor y el esfuerzo, recuerdo mi infancia y mi primera adolescencia entre estas murallas. Absolutamente feliz.

El pasear con mis padres y recorrer la muralla era un momento mágico, ¡Cuéntame otra vez la historia, papá! ¡Cuéntamela!, pero ¿De verdad vivían aquí los árabes? y entonces...

Mas adelante, con apenas trece o catorce años ya subía con mis amigos, niños flor, a dibujar con las primeras luces del alba las imágenes de las murallas y el río, a poner en pie los primeros movimientos de objeción de conciencia, los planes del centro de recuperación de aves de la piscifactoría, las voladuras de cometas en San Isidro, las excursiones a la montaña y a ese Valle del Jerte que nos proporcionaba tanta libertad a ritmo de Neil Young y aguas heladas...y entonces...

Tras las caricias y el contacto amoroso y puro de los primeros amores, las despedidas. Las ilusiones, el futuro de cada uno de nosotros lejos de casa, otras ciudades, otros amigos, pocos se quedan, Granada, Sevilla, Salamanca, Madrid, Valencia nos esperan...y entonces...

Al regreso la Alcazaba está descuidada, marginal, encerrada en sí misma, olvidada, sucia, desconocida.... tímidamente la celebración de la fiesta de Almossasa , la voluntad de los vecinos , y un proyecto de recuperación integral con un trabajo minucioso, la Facultad de Biblioteconomía, el museo Arqueológico y la celebración de actividades culturales facilitan el regreso de Badajoz al interior de sus murallas, poco a poco, aun son muchas las personas que la miran de lejos, recelosas.

Yo estoy feliz, porque vuelvo a recuperar estos días azules y este sol de la infancia mientras corro por sus caminos de tierra, entre sus murallas, subiendo y bajando desniveles, pisando la historia.

7 comentarios:

Quintiliano dijo...

Me gusta esta crónica, entrañable. Vaya, Seattle, podías dejar estos escritos por allí por COSAS DE LA MARATÓN. Donde hablamos de todo menos de maratón.

Ah, y ya dije algo de la Alcazaba cuando estuvimos pahí, pero quedó en la sombra, ante la presencia de Apor-ito pintando monstruos.
Ya me hubiera gustado, dar pie y conocer más a tus niños, Carmen y Manuel.

Jeje, a esa chica bajita que va contigo en las Millas, la conozco.

Saludos.

Seattle dijo...

Cuando tras la comida de la Maratón de Badajoz empeñé en subir a la Alcazaba no era un capricho.

Creo que ningún visitante de esta ciudad puede presumir de conocerla realmente si no ha subido allí arriba...y no te digo yo los que viven en ella, baste un ejemplo, ¿Recuerdas que Carlete con sus "cuarentaitantos" no había estado nunca?, je,je, siempre puede sorprenderte el lugar en el que vives...estuvo divertido el paseo de esa panda tan variopinta que nos juntamos.

Ya tendremos ocasión de juntarnos de nuevo, pues anda que no hay días y carreras.

Y tu chica no es que sea bajita, yo es que soy larguirucha, como dice el amigo Fatigao, ja,ja.

Un abrazo

Tetovic dijo...

No sé que escribir, así que simplemente diré... ¡¡ME HA ENCANTADO!!!

Maravillosa... como siempre.

:)

Seattle dijo...

Vaya, muchas gracias Tetovic, ¿Y estas horas?...Esta vez qué fueron ¿Gradas, cuestas o un rodaje a ritmos controlados a la luz de la luna?;-)

Que tengas mucha suerte en Donosti, llevas buena compañía. Seguiré tus progresos con los entrenos (si es que los haces y los cuentas, claro, que luego empiezas a liarte y ...)

Un abrazo.

Santi Palillo dijo...

Enhorabuena Seattle, no sabía que tenías blog, me lo apunto para venir regularmente.

De paso saludar a Quintiliano y a Tetovic que hace mucho que no les veo.

Syl dijo...

Qué mágico post sobre la Alcazaba, Seattle!!!!!...gracias por presentarnosla así...

me ha quedado clarito...
vamos...que era tu picaero de jovenzuela...
menuda la tía!!!!

Que sigas disfrutandola con Manuel, sola o con tus hijos, muchísimo tiempo.

Besitos.

Seattle dijo...

Ja, ja, ..pues algún que otro achuchón hubo, no te lo voy a negar...Sylvie, me alegra saludarte por aquí. Ya ves, tengo un blog, aunque lo mimo poco,aun así, he descubierto que es una forma estupenda de comunicarme con mis amigos, y tu me has enseñado mucho de esto.

El blog de Santi también lo visito a menudo, me gusta saber que los corredores no estamos solos en nuestras pequeñas o grandes locuras, esas cotidianas de los entrenamientos y aquellas de mayor envergadura como los retos de las carreras a los que con tanta ilusión nos enfrentamos.

Santi, estaremos esperando el relato de tu aventura en Chicago ¡Como agua de octubre!.

Un abrazo para los dos